Tratamiento ortopédico en fracturas de clavícula

Las fracturas de clavícula son relativamente frecuentes en nuestro medio; especialmente en niños pequeños y adolescentes. El 98% de los casos de fractura son candidatos a tratamiento conservador, especialmente aquellas fracturas localizadas en el tercio medio de la clavícula. El tratamiento quirúrgico se recomienda especialmente en los casos de pacientes que desean una incorporación temprana a la actividad deportiva.

El tratamiento ortopédico de las fracturas de clavícula mediante inmovilización precoz no reduce anatómicamente la fractura y puede ser incómodo de llevar; sin embargo consigue muy buenos resultados en la mayoría de los casos. En pacientes sin especial interés en incorporarse al ejercicio el tratamiento ortopédico mediante vendaje con 8 de guarismo sigue siendo la opción de elección a no ser que exista compromiso de la piel o un gran desplazamiento entre los bordes de fractura.

Cuidados generales en el hogar:

  • Reposo relativo de la extremidad afecta. No cargue peso.
  • Aplicar frío local evitando el contacto directo con la piel y por períodos no superiores a los 20 minutos, 2 a 3 veces por día.
  • Analgesia por prescripción médica.

Cuidado del vendaje en 8 de guarismo y cabestrillo simple:

  • Es fundamental el empleo constante del mecanismo de inmovilización facilitado por su médico.
  • Sólo se permite el aflojamiento del vendaje en los momentos de higiene personal. Mantener en todo momento el brazo pegado al cuerpo de la misma manera que cuando lleva el vendaje o la férula evita el desplazamiento y favorece la consolidación de la fractura.
  • No levante el brazo y evite despegarlo del cuerpo.
  • Procure que una persona cercana a usted revise la tensión del vendaje con cierta frecuencia.
  • Recuerde que el vendaje debe estar lo suficientemente ajustado para sostener ambos hombros hacia atrás.

Solicite ayuda si:

  • Consulte a su médico previo aflojamiento del vendaje en el caso de que sienta alteraciones sensitivas en las manos (hormigueos, pérdida de fuerza…)
  • Los cambios de coloración en los dedos de la extremidad inmovilizada han de ser considerados también como un síntoma de alarma.
  • La presencia de fiebre, cambios de temperatura de la superficie cutánea o enrojecimiento han de hacerle sospechar de posible infección.
  • Los medicamentos pautados no le alivian el dolor o no le disminuyen la hinchazón.

Es importante que te asegures de haber entendido las instrucciones que aquí figuran. Un correcto seguimiento de las mismas favorecerá una correcta y temprana recuperación. Recuerda que el periodo de recuperación es variable en cada caso; mientras los niños suelen sanar en 3 a 6 semanas, los adultos pueden llegar a necesitar hasta 3 meses.

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